¿Quién decide cuándo tomar las vacaciones: tú o tu jefe?
Por: Luis Palos
Las vacaciones no sólo son un derecho laboral, también son una necesidad humana. Descansar, desconectarse, pasar tiempo en familia o simplemente recargar energías es fundamental para mantener la salud física y mental. Sin embargo, una pregunta común que suele generar cierta tensión entre empleados y empleadores es: ¿Quién elige las fechas de las vacaciones?
Aunque parezca una cuestión sencilla, este tema ha sido motivo de debate, especialmente tras los recientes cambios en la Ley Federal del Trabajo (LFT) en México, que aumentaron los días de vacaciones a los que tiene derecho cada trabajador.
¿Qué dice la ley?
De acuerdo con el artículo 78 de la LFT, es el trabajador quien puede distribuir sus días de vacaciones como mejor le convenga, siempre que se basen en los años laborados con el mismo empleador. Esto significa que no es exclusivo de la empresa decidir cuándo se toman esos días; el trabajador también tiene voz en esta decisión.
Además, tras la reforma al artículo 76 de la LFT, ahora los trabajadores reciben 12 días de vacaciones desde su primer año cumplido en la empresa, un avance significativo frente a los antiguos seis días. Este cambio no sólo reconoce el valor del descanso, sino que también fortalece los derechos del trabajador.
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¿Entonces el trabajador puede elegir libremente?
En teoría, sí. Una vez cumplido el primer año, cada persona tiene derecho a sus vacaciones y puede solicitarlas en el momento que mejor le convenga, dentro de los seis meses siguientes a su aniversario laboral. Sin embargo, en la práctica, muchas veces se requiere coordinación con el empleador para no afectar las operaciones del centro de trabajo. Sin embargo, si las planificas con tiempo, no deben existir razones para que estas sean negadas.
La ley también contempla que el patrón es quien define las fechas en que se otorgan las vacaciones, pero este punto no debe entenderse como una imposición unilateral. Es ahí donde entra la negociación y el acuerdo mutuo. Por ejemplo, si una persona planea un viaje o tiene un evento personal importante, puede proponer el uso de sus días en esas fechas, buscando el consenso con su jefe o área de recursos humanos.
¿Qué pasa si no tomo mis vacaciones a tiempo?
Las vacaciones no son acumulables de forma indefinida. Si no se toman dentro de los seis meses posteriores al cumplimiento del año laboral, el trabajador podría perder ese derecho. Por eso es tan importante no dejarlas pasar, aunque a veces la carga de trabajo o las circunstancias personales nos hagan postergarlas. Recuerda: es un derecho que cada trabajador posee y algo necesario para el bienestar de cada persona. Por ello, no te sientas culpable de hacer valer tu derecho, a pesar de la carga laboral que pueda existir, pues planificando con tiempo, no tiene por qué haber razones de que sean denegadas.
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Una cuestión de equilibrio
Más allá de lo que dicte la ley, este tema pone sobre la mesa algo más profundo: la importancia de construir relaciones laborales basadas en el respeto mutuo. La empresa debe entender que las vacaciones no son un capricho, sino una herramienta para garantizar el bienestar del personal. Y el trabajador, por su parte, debe actuar con responsabilidad al solicitar sus días, considerando también las necesidades del equipo o del negocio.
La decisión sobre cuándo tomar vacaciones no debería ser un campo de batalla. La ley respalda al trabajador para que tenga un papel activo en esa decisión, pero también deja espacio para que exista diálogo y acuerdos con el empleador. Al final, lo más saludable, para ambas partes, es que ese descanso se tome en el momento adecuado y de manera justa. Porque un trabajador descansado no solo es más productivo, también está más motivado y comprometido. Y eso, sin duda, beneficia a todos.
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